viernes, 14 de marzo de 2008

Rolando Nelson Mix Toro






Ayer día 12 conocimos la sensibilidad del poeta Rolando Nelson Mix Toro. Su intervención comenzó a las 7:30 de la tarde en la Biblioteca Aragón y concluyó dedicando a su compañera Juanita, que se encontraba presente, el último de sus poemas. Su biografía dice que nació al norte de Chile en el año 1931. Trabajó como periodista y librero, fue director de la librería P.L.A. (difusora de una nueva visión del socialismo), subdirector de la Revista “Orfeo”. Amigo de Violeta Parra, Nicanor Parra, Waldo Rojas, Enrique Lihn y Oscar Hahn entre otros. Como tantos tuvo que marchar al exilio en el 73. Pasa primero por Argentina, se afincó después en la República Democrática Alemana, donde trabajó durante 10 años como traductor.
Vive en Zaragoza desde el 83.
Aficionado a la guitarra flamenca y a la música clásica. Ha divulgado la música y la poesía latinoamericana a través de Radio Nacional, ha participado en actos de solidaridad en la ciudad y miembro cofundador de la revista “Punto Joven”, participa en las sesiones de la Institución Fernando el Católico, ha participado en recitales en Jaulín, Fuendetodos y Aínsa. Textos suyos aparecen en “Exiliados de la Guerra Civil” y “En pie de paz”. El grupo “Bertold Brecht” ha dado a conocer su trabajo en Belchite. Quiero desde aquí agradecer el sabio consejo que nos dio a todos: “de la poesía no se puede vivir pero hay que estudiar, leer, saber un poco de muchas cosas y vivir la vida con sentimiento”. He aquí uno de sus poemas:

PASAPORTE
Mi pasaporte es válido
para todos los países del mundo,
a excepción del mío.
Para que no quepa duda al respecto
le sumaron al número
una ostensible letra “L”
que desearía fuese por Libertad
pero es por Limitado.
La sobrecubierta del documento
se avergüenza porque es roja.
Mis datos están escritos
con buena letra y sin error
mi fotografía atestigua que soy yo
a quien no permiten ir a casa
a buscar la juventud
empecinada en la foto
y rescatar del ropero los calendarios
conservados en naftalina,
y rasurarme ante su espejo
la barba extranjera crecida
y semejarme más al retrato
del pasaporte
al que cada día me parezco menos,
el que tal vez un día me sea irreconocible
y titubee al deletrear los caracteres
que conforman mis nombres y apellidos.....

Texto : Natalia Arnedo
Fotos: Carmen García