Explorar los mecanismos de percepción que construyen el paisaje es el asunto central del proyecto común que en 2002 unió las trayectorias artísticas de Javier Almalé y Jesús Bondía. A través de la fotografía y del vídeo, ambos autores formulan una obra que conceptual y plásticamente se dirige a la tarea de “reinventar una dramaturgia del paisaje”, atendiendo el empeño de Paul Virilio, donde lo real se hace presente cuando aparece enredado en el imaginario.